Apolo

Patrón de los arqueros, era el dios de la curación y de la música y las artes, además de un magnífico intérprete de la lira. Era hijo de Zeus y Leto, y se le rendía culto como dios de la luz y el sol.

Cuando Hera, esposa de Zeus, descubrió que su marido había tenido una aventura con Leto, decidió vengarse de ella y le envió a la gran serpiente Pitón para que la atacara. La serpiente merodeó por los alrededores del monte Parnaso y arrasó Delfos. Fnalmente, Apolo la mató con un arco y unas flechas de Hefesto.  Tras ello, Delfos se convirtió en un lugar sagrado para Apolo, que construyó allí su templo. Debido a esto, los Juegos Píticos se celebraban en Delfos cada cuatro años, para conmemorar el triunfo de Apolo sobre Pitón, y desde entonces el dios se halla vinculado a dicho lugar.

Cuenta la leyenda que, en una ocasión, Apolo salió en busca de uno de sus amantes y desatendió su hermoso rebaño. Hermes, que admiraba su ganado, vió cómo este lo abandonaba y decidió robárselo y ocultarlo en una cueva. Pero Apolo, que poseía el don de la profecía, sabía exactamente dónde estaba, así que fue en busa de Hermes y le pidió que le devolviera el rebaño. Pero, cuando llegó a donde Hermes se encontraba, este empezó a tocar un instrumento que había creado con los intestinos de una de sus reses. Al oír la música de la lira, Apolo quedó cautivado y accedió a cambiarle su rebaño por ella.

También es famosa su histora de amor con Dafne provocada por el dios del amor, Eros, que, enfurecido por las burlas de Apolo respecto a sus habilidades como arquero, decidió dispararle una flecha con la punta dorada para que se enamorara. Pero, a su vez, a Dafne le disparó una flecha con la punta de plomo, para que lo rechazara. Así, Apolo persiguió a Dafne que, en su intento de huír de él, rogó a Zeus que la transformara en algo que la salvara de aquella persecución, y Zeus la convirtió en un laurel.